viernes, 28 de diciembre de 2012

Nuestro primer viaje en taxi

Pues bueno, después de mucho demorarse la cosa ( no soy muy hábil con esto de la informática), por fin voy a estrenar la sección :-)

Pero antes quiero dar las gracias a Lolita Ladybug, del blog http://lolitaladybug.blogspot.com, que me ha ayudado a configurar el blog para que las entradas que haga en las diferentes páginas se hagan como entradas independientes. Mil gracias!!!!

Bueno, empezamos con nuestro primer viaje en taxi.

Todo el mundo pensará que un viaje en taxi no es nada del otro mundo, que lo único que hay que hacer es llamar al taxi, montarse en él y dejarse llevar a destino. Quizá lo más complicado sea el pagar, por la cosa de que el taxista no lleve cambio o algo así. Pues no!!!!

Nosotros teníamos que ir a arreglar unos papeles, total que cogimos el metro, y del primer sitio teníamos que ir a un segundo lugar, por lo que decidimos pillar un taxi para no perder demasiado tiempo.

Lo primero que uno piensa cuándo quiere coger un taxi es: ya pasará alguno. Y te pones a mirar a derecha e izquierda para ver si encuentras una de esas lucecitas encendidas (en mi caso, en Sevilla, es verde.) Pero aquí eso no vale. Vimos pasar uno, que nos dimos cuenta de que era un taxi porque lo ponía en un lateral, porque aquí de lucecita nada de nada. Y tenerla la tienen, pero no va nunca encendida, no me preguntéis porqué.

Bueno, mi marido y yo nos miramos, como diciendo "¿y como se yo si viene un taxi, y si está libre?" Ahhhhh, hay que tener vista de pájaro, para vislumbrar a lo lejos que viene un coche, que ese coche es un taxi, y que está vacío.

Pues después de un rato, un amable taxista nos vio y nos dijo que nos montáramos (imagináos cuál sería nuestra cara de agobio). Le dijimos la dirección a la que teníamos que ir, y ahí empezó el terror!!!!

Madre mía, no he pasado mas miedo montada en un coche en mi vida!!!!
No se si sabréis la fama que tienen los italianos conduciendo, pero yo pude corroborar que todo lo que dicen es mentira: es mucho peor!!!!

El taxi empezó a andar, y de buenas a primera cogió una avenida como alma que lleva el diablo. Que venía un badén, no pasa nada, así rebotábamos y era más ameno: que había un semáforo en ámbar fijo, no importa, aceleramos un poquillo y listo, pasamos seguro; que hay un paso de cebra con una mujer cargada de bolsas esperando para pasar, pues que se espere, que si no se espera peor para ella... y así todo e camino.
Yo iba agarrada hasta con las uñas de los pies, que por poco me traigo el asita ese que tienen los coches arriba de las puertas traseras. Como si por agarrarme al asita no me fuera a pasar nada en caso de accidente!!!! Pero bueno, al menos agarradita no bailaba de un lado a otro como una pelota de tenis.

Total, que así todo el camino. Ahora eso sí, el señor conductor super amable, y muy simpático. Nos indicó dónde debíamos coger el autobús de vuelta y hasta nos dio una tarjetita con el número de tele-taxi.

Así que ya veis, que un viaje en taxi no siempre es sencillo. Pero bueno, una experiencia más que nos puso sobre aviso de que realmente lo que se cuenta por ahí de la conducción italiana es verdad (aunque nosotros ya nos habíamos dado cuenta al cruzar de Francia a Italia)

En la próxima entrada: dónde comer.

Hasta pronto!!!

2 comentarios:

  1. Muy buena la entrada, mis amigos ya me comentaron como conducían los taxistas, yo estube de estudiante y subí a ninguno, pero me llamo la atención lo mal que conducían. Besos.

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  2. Si, muy buena la entrada. Se dice que si sabes conducir el la Cd. de México, sabrás conducir en cualquier parte del mundo! Ya veo que cada lugar tiene su "mala" fama. Ya tenemos algo para contar a los nietos.verdad?

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